Las democracias comienzan a expirar cuando los lideres y los partidos políticos gestionan las instituciones del estado de manera ineficaz y con poca transparencia, pero el óbito más común es que sea través del proceso electoral mismo y sus resultados, además, la historia reciente nos proporciona una amalgama de ejemplos de adulteraciones, que han modificado los resultados de las urnas en un determinado contexto social (Levitsky y Ziblatt, 2018).