El anhelo de poder alcanzar metas y objetivos suele ser muy sano, siempre que sepamos reflexionar sobre lo que realmente es importante para nosotros mismos. Progresar en el contexto personal, familiar, social o profesional se torna cada vez más complejo debido a que con cierta frecuencia tendemos a dejar uno que otros objetivos pendientes que no siempre nos resulta fácil de realizar. Básicamente, por los cambios abruptos que llegan a nuestra vida o por la falta de apoyo de nuestros entorno más cercano que obstaculizan el avance para hacer realidad lo que deseamos conseguir.
Con este panorama en el horizonte, se hace imprescindible utilizar el sentido común para estar centrado en planificar de forma sensata y honesta lo que deseamos alcanzar, si no queremos experimentar, una sensación permanente de insatisfacción personal que muchas veces viene motivado porque nos empeñamos en tratar de conseguir metas poco realistas o pensar que tenemos la capacidad de obtenerlo todo con facilidad, aun sabiendo que carecemos de las capacidades para hacer realidad dichos propósitos.
Como no puede ser de otra manera, el contexto en el que nos desenvolvemos marcara si nuestras percepciones son correctas o no. Debido a que la mente suele idealizar el camino perfecto y fácil para llegar a conseguir nuestras metas, pero la realidad nos demuestra a diario que la incertidumbre y las dificultades suelen aparecer en cualquier instante. En este sentido, es evidente que las decisiones que tomamos a diario generan una serie de responsabilidades, y esto conlleva que a veces, olvidamos por completo que para lograr nuestros propósitos a nivel personal o profesional se requiere una actitud de sacrificio, paciencia, esfuerzo y perseverancia. Si somos realistas estaremos contentos con nosotros mismo por haberlo intentado, de los contrario nos tocara reflexionar para volver a intentarlo.
En resumen, el camino de la vida es complejo e imperfecto, pero vale la pena recorrerlo. Por eso mismo, no esperes que las soluciones perfectas y fáciles a tus problemas te caigan del cielo, te recuerdo que eso no va a suceder. Pero la buena noticia, es que la vida siempre nos brindara la posibilidad de volver a intentarlo una y mil veces más. La mejor estrategia es caminar con paso firme, pero con la vista al frente y con los sentidos en alerta para no sucumbir a los contratiempos que nos podamos encontrar por el camino. Llegado a este punto, es bueno recordar que toda decisión que se toma con valentía lleva implícito sacrificio, sensatez, prudencia y flexibilidad para aceptar en primera persona todas sus consecuencias aunque estas a veces nos sean poco favorables.
Por lo tanto, cultivar la paciencia, la perseverancia, así como, controlar el tiempo y gestionar nuestras emociones nos puede ayudar e lograr los objetivos que nos hemos propuesto en el plano personal y profesional. Es por eso, que a continuación encontraras una serie de pautas que buscan contribuir a la consecución de tus metas y propósitos para que te centres en lo que realmente es importante para tu desarrollo personal.
Recursos y capacidades. Los recursos son elementos que se controlan, mientras que las capacidades representan la forma de hacer las cosas, es decir, de utilizar los recursos con habilidad para resolver determinados problemas o bien para crear actividades que permitan alcanzar un objetivo establecido. Quizás lo más sensato es preguntar a familiares, compañero o amistades si perciben brío, perseverancia en ti para alcanzar lo que te propones.
Metas y objetivos. La honestidad con uno mismo permite reflexionar sobre lo que realmente es importante para ti en la vida. Enumerar los propósitos que deseas alcanzar de manera clara y realista es un buen comienzo. Recuerda que es importante que los objetivos sean medibles y estén orientados a resultados para luego sacar conclusiones que te aportaran una gran capacidad de aprendizaje.
Responsabilidad y compromiso. La responsabilidad es un activo que siempre cotiza al alza, y que nos obliga hacernos cargo de nuestros actos. Esto requiere compromiso que es la capacidad que tenemos las personas para tomar conciencia de la importancia que existe en cumplir con algo acordado anteriormente. Cultivar ambas virtudes pueden marcar la diferencia para asegurar el éxito en los proyectos de futuro.
Toma de decisiones. El decidir entre dos o más alternativas ante un contexto lleno de incertidumbre no es nada fácil. Por ello, es necesario analizar cuáles son las alternativas, evaluar sus pro y sus contras, para luego escoger lo que mejor se adapte a nuestras necesidades con la finalidad de alcanzar los propósitos que hemos planificado con anterioridad.
Plan de acción. Es una guía que da prioridad a las iniciativas más importantes para hacer cumplir ciertos objetivos y metas. Es siempre un trabajo en progreso ya que se debe ir adaptando a la realidad del contexto, esto nos ayuda a ordenar nuestras acciones y a la vez nos permite ver nuestro grado de responsabilidad, compromiso y eficacia para conseguir nuestros objetivos en un marco de tiempo definido.
Perseverancia. Es el impulso que te facilita ser responsable, mantenerse firme y persistir en la consecución de un objetivo que te has propuesto. Debes saber que perseverar en la vida está vinculado a no rendirse ante las dificultades, desánimo, aburrimiento o frustración.
